Shivany


Con mi sobrina Shivany  
en San Pedro de Cajas 
mi pueblo, 
mirando la casa donde crecí, 
descifrando el pasado en cada esquina, 
en cada huella. 

Contemplando tristes y alegres los sonidos dulces de la puerta, 
de las aves, 
de la lluvia. 

Sintiendo el frío en la nariz y arrullando el calor en las manos. 




Sollozar el cielo de intenso azul es casi natural, 
oler la tierra mojada es más que radical. 

Compartir para preservar las costumbres ancestrales 
parece ser una utopía, 
nos lleva necesariamente a cuestionar la inevitable agonía de nuestra cultura andina, 
un gran reto para su generación. 

Ya sabes no te olvides de tu país.

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