Escucharlas hilvanar sus historias de filigrana,
observar como hablan sus dibujos que representan perfectas dimensiones desconocidas de la felicidad
es
"re-renovarse"
del cansancio,
de los cuarenta
de nosotros.
Cada discusión y argumentos de mis preciosas es como viajar en el imaginario de Charles Dickens.
Por favor diosito
que no crezcan,
que éste atardecer
dure para siempre.
(Maura, Morela y Oreana) - 01.14.2015

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