El nuevo ROF generará más centralismo porque sus principales programas dependen de un pequeño grupo de decisores que atienden directamente a las escuelas desde Lima. Para medir los avances del nuevo ROF los evaluadores de aprendizajes harán prevalecer en sus diagnósticos las notas y no los logros en aprendizajes fundamentales o méritos institucionales, los docentes se pelearán por los bonos escondiendo a los niños con discapacidad (como ya ocurre) y fulminará el sentido del servicio docente por vocación.
Lo rural y la interculturalidad se convertirán en una anécdota más para los libros. Los Empresarios co-gobernarán en algunas líneas estratégicas negociando el pago de impuestos por obras, aun sabiendo que existe por ley un Fondo Educativo de Desarrollo (FONDEP) que debería tener la tarea de regular y priorizar el destino de los aportes privados y otras fuentes, pero convenientemente el FONDEP no ha sido incluido en el nuevo ROF.
Bueno tampoco nos desesperemos, pues en 17 meses este nuevo ROF será el viejo ROF y todo cambiará y volveremos de nuevo a empezar, así es mi Perú.

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