¿De donde viene la fuerza?, acaso del recuerdo, del honor, del sueño ¿viene del futuro?, ¿del miedo a lo que sucederá?, ¿del temor al abandono?...¿es la fuerza la centrífuga que depende de lo que fue y de lo que vendrá?, no creo que valga la pena aquella fuerza que, cuando vives te agotas y cuando recuerdas te lastimas.
A veces pienso que la fuerza viene desde abajo, desde mis raíces andinas, desde mi desbordada emoción latina, desde mi “achoramiento” de barrio limeño, pero me doy cuenta que me queda muy poca humanidad porque la pérfida peruanidad nos empuja a cada segundo a la mediocridad, entonces, si es así no soy peruano ni andino, porque mi fuerza no viene de ahí.
¿Mi terquedad es mi fuerza? ¿mi alegría es mi fuerza? nooo.. eso agota, algunos dicen que la fuerza viene desde arriba, de ese Dios incomprendido y otros apelan más bien al ideal político o al propósito científico por cumplir, la fuerza desde arriba, de lo complejo, lo subliminal y filosófico es vacío. La fuerza incomprendida y sin poder sentirla con mis manos no me ayuda y por tanto no es mi fuerza.
¿Vendrá la fuerza desde las entrañas?, del corazón, del estómago, del pulmón, del cerebro, del subconsciente, o tal vez de lo que nos rodea, quizás desde los amigos, de lo que amamos, del sexo salvaje, ¿de dónde viene la fuerza?, quizá de lo que cuidamos o admiramos, de lo que nos preocupa u odiamos, pero a veces ya nada de eso importa, por tanto la fuerza no viene de nuestra atmósfera afectiva, incluso el amor de todos tiene límites cuando uno ya no quiere vivir, se los aseguro.
Cuando me gritan, ¡fuerza hermano! a veces pienso que se refieren a pujar, de hecho en mi caso pujar me lastima más, porque destruiría mi aparato digestivo enfermo, tal vez se refieren a jalar, pero tampoco me ayuda, mi hernia y la operación se desataría para abrirse como boca para tragar dolor por placer, entonces la fuerza desde dentro ¿para qué y por qué si voy a sufrir?
¿La fuerza es resistirse a morir o es apasionarse por vivir? en ambos casos la fuerza acelera nuestras condiciones naturales para ir adelante, aunque no sabemos para qué.
Existe la fuerza o es solo una manera de negar la calma.
Después de lo vivido, creo que lo más difícil es la calma, la fuerza está presente sin que lo convoques y por instinto queremos salvarnos de todo y de todos, a veces sin pagar la cuenta y sin merecerlo.
La calma tiene que ver más bien con la conciencia tranquila, con la paz y la justa razón de nuestros actos, la fuerza es negarse a morir y la calma es apostar por vivir.
Después de todo, la fuerza es lo que más me sobra, mis amigos cercanos saben incluso que la fuerza es la culpable de todas mis desgracias y éxitos, así que, lo que necesito es la fuerza del silencio, de la calma, rodear mi cuerpo suavemente al limbo sereno de la quietud, debo aceptar de vivir en paz pase lo que pase en el espacio y en el tiempo que queda, que serán muchos días, ya verán.

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