El viaje

El viaje de noche en el río Huallaga es propicio para intercambiar historias, fluye el imaginario sobre la sachamama, el tunche, el yacuruna, el chullachaqui, la runamula, la simpira, la tanrilla, la chicua, el ayaymama, en fin, cada docente se sabe una historia más siniestra que la otra. De pronto el piloto alerta con voz baja, !miren esa LUZ!, ahí vienen, no hablen, silenciooo, apagaré el motor, shhh, ya nos jodimos murmuraba...la velada de risas fenecía radicalmente y el miedo tan real, de color negro intenso y con infinitos sonidos cuan manto nos envolvía. Temblar sintiendo calor no es otra cosa que sentir pánico a "no estar más aquí". Podía escuchar los latidos apresurados de nuestros corazones, la LUZ lentamente se acercaba y nos miraba fijamente con un solo ojo, ahí mismo, en el eje de nuestros arrepentimientos, no sè si era el miedo o la curiosidad que me llevo a vivir el momento de manera muy intensa...

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