Las madres.

Escuché decir alguna vez a una amiga que el nacimiento de un hijo ocurre cuando la mujer decide tenerlo, incluso años antes de concebir, remarcaba con fuerza, yo, ya soy madre a pesar que no se aun con quien me casaré, mi espíritu y mi cuerpo se preparan día a día. Luego de 15 años me reencontré con ella, hablamos mucho pero sobre todo de sus hijos, me enseñó fotos de sus preciosos, era conmovedor como hablaba de ellos emocionada, que sollozando y recordando nuestra época universitaria, entendí su tesis en cada palabra y gesto indescriptible.

Esta semana plantee lo mismo a varias de mis amigas, que aun están solteras o son casadas sin hijos, les pregunté si “se sienten madres” aun sabiendo que no saben si van a tener hijos o deciden no tenerlos; como si fuera algo mágico todas de alguna u otra forma en el fondo me dijeron que si, incluso una de ellas imaginaba como iba ser el rostro de su hija, otra amiga, muy joven ella, imaginaba a su hija y sus logros en el futuro y por momentos me hablaba como si fuera una abuela experimentada. Pregunté a mi hija si pensaba tener hijos en el futuro, me respondió que sí, quiere tener 12 hijos, por que según ella añora tener su propio salón de clase…chistosa …lo cierto es que Maura ha expresado su instinto maternal de manera natural.

Admiro a mis amigas que por diversas razones no tienen hijos y me sorprenden cada día como derraman impresionantes gestos maternales hacia sus gatos o perros, me emociona verlas felices con sus hijos peludos, están incondicional ese amor que solo demuestra que la esencia maternal es irrenunciable.

Recuerdo claramente cuando estuve preso injustamente el 99, me sentaron en el banquillo para esperar mi interrogatorio junto a una dirigente senderista, ella cargaba a su hijo de aproximadamente 8 años, la policía trataba de convencerla para que se declare culpable y le insistían de diversas formas compartir información clasificada, la señora impávida y desafiante se negó por horas a colaborar, al contrario sus discursos fríos y radicales dejaban sin argumentos a los investigadores, pero no dejaba de acariciar a su hijo asustado, era algo así como una leona furiosa mirando de reojo lamiendo su cachorro. De pronto luego de horas un fiscal tomó al niño para entregarlo a un albergue, es cuando vi como esa fría mujer se colmo de llanto y sensibilidad, renunciando a todo, rindiéndose a todo, solo para recuperar a su hijo por unos minutos más.

Este asunto de lo maternal supera incluso lo filosófico y lo ideológico, incluso las opciones sexuales; lo maternal está en las mujeres en cada poro en cada gen, lo sentimos.

Me preguntaba si todas las mujeres decidieran renunciar a tener hijos o no cuidar de nadie y de nada, en 50 años la humanidad simplemente se extinguiría.

Es por ello que quiero saludar a las futuras madres y a las madres que sin tener hijos derraman ternura, testimonio y abrazos maternales a sus amigos que siempre son necesarios…. y a mi madre por sus silencios ante lo irracional.

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