El suicidio de Robin Williams y yo

Robin por su propio estado depresivo, recurrió según sus propias palabras a las drogas y al alcohol. Tenía recursos físicos, fama, afecto, era carismático. El problema es que en su yo interior, en lo más profundo de su alma, todavía guardaba evidencias de soledad a las que no pudo vencer. Ha sido un niño solitario, que tenía la afición de inventar voces, personajes. Ahí podemos ver cómo esas vivencias de soledad buscan ser compensadas. Tal vez, para calmar esa sensación de soledad, desarrolló competencias histriónicas, animando a otra gente, se animaba él. Todo el tiempo, según sus amigos, estaba bromeando y vociferando ironías. Pero seguía con el mismo problema, la soledad interior. Hasta aquí estoy muy identificado con todas sus letras, salvo, como es evidente, no tengo ni tendré la fama ni el poder de Robin.

Personas con mucho poder, fama, recursos como Robin tienen problemas para ponerse en posición de pedir ayuda. Si se quiere salir de la depresión, dicen los psicólogos, el primer paso es aceptar que se requiere ayuda. En mi caso y como la mayoría de los peruanos provenimos de una familia humilde, mis padres siempre han capitalizado nuestra capacidad de dar y recibir ayuda, valorar el sacrifico, ser solidarios y aceptar con humildad cualquier ayuda, eso de manera natural dinamizaba en positivo y alegría los días duros.

Qué paradoja, puedo decir que la manera como mi familia asumió su condición de pobre me han salvado, salí de muchas crisis depresivas, arrastras pero vivo, sin psicólogos por cierto, no había plata para eso, pero puedo decir que mi pobreza e inexistente fama anuló sin saber mi capacidad de suicidarme y dio origen sin saber mi pasión por la vida, el amor, la educación, "a pesar de todo".
¿Debo preocuparme, el hecho de que ya no soy pobre y vivir solo?, aunque tampoco soy rico, pero la verdad es que no estoy tan solo, aunque a veces siento que mi soberbia gana terreno, esa soberbia y autosuficiencia que mato a Robin, me asusta, sospecho que en el futuro será más difícil salir de crisis depresivas, pero soy consciente que no debo perder, jamás, esa capacidad de recibir ayuda y valorar más, mucho más a quienes me rodean, que gratuitamente atenúan mi soledad interior.