La toalla con capucha


Después del baño la toalla es la primera protección artificial que un bebé disfruta con rostro de frescura y mirada cachacienta. Luego del baño los bebés se convierten en “personitas” que se mecen frescos entre plumas como si rebotaran de nube en nube, mirarlos como pollito mojado es envidiablemente divino. De las pocas cosas que conservo de mi hija de cuando era bebe es su primera toalla, regalo de mi estimada y apreciada Dania.

Hace unos días Maura me insistía que le explicara como era de bebe, las fotos y las historias no bastaban así que decidí mostrarle su primera toalla y sin hablar mucho entendió y reflexionó cuánto había crecido. Cómo era posible que mi niña, tan grande ahora, estuvo envuelta indefensa ciento de veces en esa pequeña tela añeja.Traté de explicarle a detalle cómo mi preciosa bebe volaba entre el agua tibia y el amor herviente, de manera natural viajamos con nostalgia a nuestro reciente pasado y como si fuera ayer ya pasó ocho años.

En cada baño Maura solía tomar mis dedos y sus manitas temblorosas me apretaban con desesperación como diciéndome no me sueltes; razón tenía García Márquez cuando escribió: “Cuando un bebé aprieta por primera vez el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre”, es la pura verdad. Cada bebé es un milagro, único e imposible de repetir, cada baño es único e irrepetible, las toallas con almas repleto de recuerdos también son irrepetibles.

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